Nunca podré olvidarme de aquellos maravillosos años de viajes en Citroën Dyane 8 break, mi madre de pilotaje y estrujando las 4 velocidades como si el coche estuviese pintado
Priorato de San Miguel de Escalada… en donde el verbo se hizo piedra y la piedra se convirtió en medida. Como siempre que visito este lugar mis pensamientos