El día 23 de octubre de 2008, murió Amado Cancelo García.
Sin ser de su sangre yo me convertí en su sobrino desde que lo comencé a llamar tío en mi infancia, también era mi amigo y amigo de mi padre ante todo.
Amado era un hombre sencillo y afable. Sus dos amores en la vida han sido su inseparable esposa Amelia (fallecida 7 meses antes) y el Monasterio mozárabe de San Miguel de Escalada, su pueblo natal.
Amado pasó sus últimos 25 años de vida investigando, estudiando y posteriormente divulgando el monasterio de San Miguel de Escalada y su entorno. El mismo día de su muerte entró en imprenta su último libro, esta vez dedicado a su querida “Amelia”. Curiosa es la vida que espera a finalizar en el mismo momento que se hace presente su último proyecto.Yo me despedí de él en el mes de julio.
No se me olvidan sus palabras de despedida, cuando me agaché a darle un beso en su cama de hospital: “Manuel, te has dejado la barba muy larga esta vez”. Tampoco se me olvidan sus ojos, esa mirada sosegada con la que me recordaba que la distancia me había apartado de sus proyectos.
Amado quería (y yo también) involucrarme en su labor literaria e investigativa, pero el abandonar la provincia de León me privó de esa posibilidad.
Me consta que en sus últimos meses había esbozado algún escrito relatando las aventuras compartidas junto a mi padre. Seguramente nunca tendré la oportunidad de leer esos textos, pero no por ello me pasarán desapercibidos, puesto que esas jornadas con mi padre están prácticamente todas asentadas en mi recuerdo desde mi más lejana infancia hasta hoy.
Amado, esta foto del Monasterio de San Miguel de Escalada, tu Monasterio, va por ti.
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Alfredo noviembre 23, 2008
Gracias, por tu homenaje a Amado, que tiene que pasar siempre por el Priorato de su pueblo.
Si vas al enlace de mi sitio, puedes ver la entrada AMADO CANCELO VIVE.
Un abrazo,
Angel Pineda noviembre 26, 2008
Emocionante el recuerdo. Te sigo José Manuel. Un abrazo.
Quique noviembre 30, 2008
Capullo tienes un blog y no dices nada.