Dicen los aficionados al juego que “la banca siempre gana” y a la vez la sociología popular nos ha enseñado el “que cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana”. Y algo o todo de esto ha de ser cierto…

               …En Madrid un hombre en roídas zapatillas de paño, con un no menos pero sí más sucio traje de vestir rebusca en un cajero de banco intentando escudriñarle cual antigua cabina de teléfonos… y casi a la vez, en Santander otro hombre, no menos interesante que el anterior calcula sus haberes (o debes) libreta en mano bajo la atenta mirada de un interés fijo que fijo también le resultará inalcanzable.

               Esta última persona sin duda es un emprendedor hombre de negocios, fíjense!, su empresa se divide al menos en 6 departamentos de inversión distintos (todos ellos están en el suelo junto a él) y aún con ello dispone del  tesón, materia prima e intención necesarios para expandir su monopolio y generar nuevas ramas empresariales.

               Quizás este hombre por su proximidad con el banco ha olvidado que LA BANCA SIEMPRE GANA!

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